Celebrando El Cuerpo de Luz

La idea principal al hacer este libro es que constituya una herramienta para todo aquel que se interesa en estos temas, como son la búsqueda espiritual, el encuentro con la alteridad, la búsqueda de sentido, sobre los valores y significados de la vida, en fin, todo aquello que nos habla del espacio sagrado dentro de cada uno de nosotros. El enfoque utilizado es un tanto ecléctico y permite una convivencia efectiva con las diferentes manifestaciones de la espiritualidad en nuestro derredor.

Asimismo, el emplearlo como una guía o asistencia aquellos que han tomado este taller vivencial desde el enfoque Gestalt que tiene como cometido el despertar, acompañar o bien continuar el desarrollo del potencial humano y espiritual de quienes lo toman.

Por lo anterior, uno de los escritos que veremos durante el trayecto de este paseo por la conciencia será el del Libro Azul, que fue escrito para “aumentar la percepción cósmica y elevar la percepción espiritual”. Ésta sería la propuesta, y también lo es del taller homónimo que se presenta como un espacio de celebración.

Agradezco a los que me han acompañado en esta celebración del Cuerpo de Luz desde hace tiempo, y en especial gracias por compartir y compartirse en cada trabajo tanto terapéutico como de conciencia; aquí nos hemos encontrado, coincidiendo en los caminos que se bifurcan en lo cotidiano.

Sin embargo, en un espacio sagrado el común denominador es la unión espiritual, el trabajar por una humanidad sin límites planetarios de conciencia, sin divisiones ideológicas o teológicas, llegar a ser una humanidad que se reconozca por su conciencia de que somos formas vivientes que tienen un fragmento divino del Padre Universal, residente en su mente, y que despiertan al darse cuenta de que nos conectamos a la inteligencia cósmica a través del amor y servicio divino.

¿Para qué estoy aquí?

Vemos hoy en día que la mayor parte de las personas no cuestionan su vida y van viviendo de manera mecánica, todo ello sin explorar posibilidades de una vida mejor y más plena que les permita integrar su personalidad y explorar el lado oscuro, evitando a toda costa el contacto. ¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste sin buscar una respuesta fija, sin llegar a una conclusión cerrada, sin querer tener una certeza, sino simplemente parar mirar y escuchar como el que va a atravesar una vía del tren, escapar de la vida diaria y hacer un alto para checar de manera ecológica los alrededores? Detenerse y desconectar todo, quitarle lo utilitario y calculado y sólo en ese momento ser.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo que no sirviera para nada? Para nada y para nadie, algo que no conllevara una ganancia secundaria, más allá del egoísmo y el interés, algo que lo hicieras porque sí, no por conveniencia ni por necesidad, ni siquiera porque lo deseabas, sólo porque sí, de manera libre y sin pensar. En corto, ¿cuándo fue la última vez que te cuestionaste?

Tomemos pues la responsabilidad de ser lo que somos y como lo somos; espero que sigamos caminando el camino infinito, ¡Hasta Havona Siempre!